
¿Tu empresa ya cuenta con planes de emergencia y contingencia?
Publicado el 21 de marzo, 2018
“En un incendio, los segundos son vida”. Así lo advierte la abogada Karla Guerrero, miembro de la Comisión de Higiene y Seguridad del Trabajo por parte del sector privado nicaragüense. De acuerdo a la consultora, hoy día es cada vez más importante capacitar al talento humano de una empresa para que sepa cómo responder ante incidentes, y así prevenir desastres y salvar vidas.
El pasado 17 de marzo, Guerrero participó en una charla sobre higiene y seguridad del trabajo, organizada por la Universidad Americana (UAM), en la que resaltó la importancia de brindar charlas de seguridad para las empresas. “Les llamamos 5 minutos de seguridad porque siempre aprendemos que los incidentes pueden ocasionarse dentro o fuera de una organización”, justificó.
En abril de 2007, el Estado de Nicaragua aprobó la Ley General de Higiene y Seguridad del Trabajo (Ley No. 618), una herramienta con la que se busca promover la seguridad ocupacional de los trabajadores, garantizando también su integridad física y la disminución de riesgos laborales.
Según reportó El Nuevo Diario, el año pasado se registraron alrededor de 150 muertes relacionadas a accidentes laborales, además de unos 38 mil accidentes laborales que tuvieron como resultado mutilaciones corporales.
En declaraciones a este diario, Manuel Israel Ruiz, experto en temas de seguridad social, indicó que la tasa de accidentalidad laboral del país ronda el 5% y aclaró que lo ideal es que sea del 3%.
Las fallas durante el incendio de la fábrica Rolter
Durante la charla, los participantes observaron un video sobre el incendio que ocurrió, en noviembre de 2012, en Rolter S.A, una fábrica de calzado de goma cuya trayectoria empresarial se ha extendido durante más de seis décadas. Fue un ejercicio práctico con el que se pudieron observar las equivocaciones cometidas por la empresa, el equipo de bomberos que asistió el siniestro y la misma población.
Entre los fallos identificados, destacó la ausencia del equipo que los bomberos deben utilizar para acercarse al fuego, como máscaras de oxígeno, o el hecho de que quienes participaron en la extinción del incendio no usaron cascos para denotar la existencia de brigadas de primeros auxilios, uso de extintores o de evacuación.
“El incendio ocurrió cerca de la población (…) no había cintas de seguridad para alejar a las personas que no eran parte de las brigadas (en especial niños y mujeres) del lugar del siniestro”, lamentó Karla Guerrero.
Más allá de la Ley 618
Américo Herrera – consultor en sostenibilidad, derechos humanos y desarrollo, y quien también participó como ponente de la charla – aseguró que, a raíz de la Ley 618, es necesario que las empresas desarrollen planes de contingencia y planes de protección contra incendios. Pero no solo dejarlo en papel, sino ponerlo en práctica.
“Necesitamos que los trabajadores conozcan estos planes, que haya condiciones y que se ensayen. No solo es porque tenemos la ley. Se trata de actuar ahora, porque los planes deben implementarse desde antes que ocurran los incidentes”, recalcó.
Guerrero agregó que, un año antes del incendio de Rolter S.A, se había aprobado en Nicaragua una norma para identificar riesgos y desarrollar planes de emergencia. Sin embargo, la consultora, quien hace auditorías de cumplimiento legal, asegura que la gran mayoría de las empresas no han cumplido este mandato.
“Hay que colocar un ejemplar del plan de emergencia en la recepción de la empresa y otro en la caseta del vigilante, porque no se sabe dónde podría iniciar un incendio. Además, esta última es una estructura ajena a los edificios. Allí también deben estar los planos de la estructura, eso nos ayudará a saber cómo extinguir el incendio”, expresó.
Erika García, responsable en cooperación externa del Instituto Nacional Tecnológico (INATEC) y panelista del evento, manifestó que todas las acciones de prevención también deben englobarse en una estrategia de gestión de riesgo. “Debemos tener un plan no solamente para prevenir, sino para tenerlo durante y después de la eventualidad”, dijo.
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Una alternativa ante los elevados costos de prevención
Karla Guerrero reconoció que adoptar medidas de seguridad podría resultar bastante costoso para las empresas, pero hay alternativas para hacer frente al valor económico. La consultora indicó que Nicaragua ya adoptó las normas de seguridad establecidas por la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA) de Estados Unidos.
Este conjunto de normas indican a las empresas qué tipo de equipos de seguridad deben tener de acuerdo al tamaño de sus instalaciones. Ver, por ejemplo, si deben tener hidrantes externos e internos, cómo y dónde colocarlos, cuántos deben comprar para cubrir el área que cubre en determinado lugar, entre otros.
De acuerdo a la abogada, existen empresas en Nicaragua que han invertido millones de córdobas para cumplir con las normas, pero todavía no han logrado cubrir el 100% de los requisitos.
“Cuando tenés limitaciones en recursos técnicos en la parte de prevención del riesgo ocupacional, tenés que reforzar tu recurso humano para este tipo de contingencias. No es que no podamos cumplir, siempre se puede mejorar con los recursos necesarios”, expresó la especialista.
Hacia una nueva Responsabilidad Social Empresarial
Al finalizar el evento, Américo Herrera recordó a los participantes que los planes de contingencia y prevención de incendios se enmarcan dentro de la Responsabilidad Social Empresarial, misma que ha evolucionado al punto de tener procesos pensados en tres dimensiones: económica, social y ambiental.
De acuerdo a Herrera, las empresas ya no pueden blindarse desde dentro y pensar como islas, porque los siniestros también afecta todo lo que esté a su alrededor. Por ello, deben buscar alianzas con otros actores.
“La empresa necesita trabajar con los tres sectores de un país: el gobierno, la sociedad civil y el sector privado. No puede hacerlo sola y a eso ha evolucionado la Responsabilidad Social, a trabajar en conjunto”, concluyó.
Contenido y fotografía: Cinthia Membreño.