
«Nuestra maestría asegura un relevo generacional altamente calificado»
Publicado el 25 de abril, 2018
A continuación compartimos el discurso que Mario Alonso Avilez, mejor alumno de la promoción 2017 de maestrías de la Universidad Americana (UAM), brindó en noviembre del año pasado durante su graduación. Avilez, quien recibió el reconocimiento Magna Cum Laude por su desempeño académico, estudió una Maestría en Derecho Empresarial Corporativo.
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Decanas y decanos,
Es un honor dirigir estas palabras, a través de las cuales espero expresar el sentir y el pensar de todos los compañeros y compañeras que hoy nos graduamos.
Hace un par de años en compañía de un apreciado amigo, con el propósito de mejorar nuestros conocimientos en materia de administración de las relaciones laborales, iniciamos un Posgrado en Derecho Empresarial. En el desarrollo del mismo pudimos valorar la necesidad e importancia de continuar ampliando y actualizando nuestros estudios especializados. Lo que inició como un posgrado nos vio concientemente inmersos en la Maestría en Derecho Empresarial y Corporativo que hoy felizmente culminamos.
Sin lugar a dudas puedo afirmar que la maestría constituyó un proceso altamente satisfactorio. Un elemento fundamental fue la calidad de los docentes, quienes en su mayoría cuentan con una elevada formación profesional, amplios conocimientos, vinculados a una experiencia y práctica en la temática impartida, con capacidad para promover las mejores prácticas en el ejercicio profesional y dar a conocer las oportunidades que el entorno normativo y empresarial brinda a los graduados y nuestros clientes.
Debo resaltar la interesante experiencia de intercambio generacional en nuestro grupo de maestrantes, en donde profesionales con más años de experiencia interactuamos y socializamos con jóvenes que están iniciando su carrera profesional, apreciando con satisfacción una muy buena calidad de formación técnico profesional y un elevado espíritu de superación, que asegura a nuestra sociedad un relevo generacional con profesionales altamente calificados.
Al graduarnos considero importante reflexionar sobre el rol de la educación en el desarrollo social. Quisiera hacerlo pensando en uno de los máximos exponentes de la grandeza, ingenio y sabiduría de nuestro país, el Príncipe de la Letras Castellanas Rubén Darío, de quien en los últimos dos años hemos conmemorado el 150 aniversario de su natalicio (2017) y el centenario (2016) de su muerte.
De Rubén se ha escrito ampliamente, se ha reconocido su grandeza y legado. Como suele ser un afán en nuestra cultura también se le ha cuestionado, se ha destacado su deseo por estudiar en prestigiosos centros de enseñanza de Europa y se ha insinuado sobre cierto menosprecio a la educación formal en sus años de juventud.
Al respecto prefiero aceptar sus citas sobre su experiencia en la escuela de educación primaria, donde encontró una de sus primeras influencias literarias: el pasante de Derecho y maestro Felipe Ibarra, quien componía versos, los compartía con sus alumnos y le ayudó en sus primeras composiciones.
Rubén reconoció que a partir de esta influencia, en su niñez se convirtió en un infatigable lector de obras contemporáneas entre ellas; Don Quijote, la Biblia las mil y una noche. Considero esta una prueba irrefutable de que los docentes y centros de enseñanza de calidad constituyen un instrumento vital para el desarrollo de las artes, la ciencia, el trabajo y por supuesto de la sociedad en su conjunto.
En esta décima novena promoción nos graduamos 243 profesionales, en 12 maestrías de diferentes ciencias: Económicas, Administrativas, Tecnológicas, Mercadeo, Arquitecturas, Derecho, entre otras.
Felicito a la Universidad Americana en este 25 aniversario. Su fundación en los años 90 fue una expresión de una ola de emprendimiento, casi obligado por las circunstancias, necesidades y oportunidades económicas sociales de la época. Muchas de las empresas y organizaciones que se fundaron en el mismo período, que crecieron y alcanzaron un nivel de desarrollo, calidad, prestigio y excelencia como en el caso de UAM, son fruto de la visión y perseverancia de sus fundadores y gestores.
Celebro el enfoque de la misión de la universidad, orientada a formar lideres con perspectiva global, responsabilidad social y emprendimiento, por promover la mejora continua, el inicio de procesos de certificación de las maestrías, lo cual agregará calidad y competitividad a la universidad y sus graduados.
Conocimos una UAM bien equipada, con docentes altamente calificados, libertad de cátedra y enfocada hacia las demandas del desarrollo económico y empresarial de nuestro país.
Insto a sus dirigentes, como parte de la comunidad educativa, a continuar aportando sus mejores esfuerzos para que este alto centro de estudios mantenga su enfoque e interacción con las necesidades nacionales de la educación, que promueva y de ser necesario reclamen el rol que nuestra Carta Magna concede a los diferentes componentes del sistema educativo en pro del desarrollo nacional, que continúen trabajando por la excelencia, el rendimiento de docentes y estudiantes.
Felicito a mis compañeros graduandos. Les invito a que procuremos continuar actualizando nuestros conocimientos, en convertirnos en profesionales con niveles de excelencia, en responder a los retos y desafíos a los que nos enfrentamos y demanda nuestra sociedad, con calidad y emprendimiento, guiados siempre por altos principios éticos y morales, a ser optimistas, a cuantificar nuestros logros y no nuestros problemas. A olvidarnos de la apatía, a distinguir oportunidades y no obstáculos, a soñar y a recordar que todo lo que somos y lo que tenemos es producto del trabajo humano. Debemos procurar nuestro bienestar y devolver a la sociedad parte de lo que nos ha dado.
Agradezco a nuestros docentes y en especial a mi familia por todo el apoyo recibido.
Gracias.
Mario Alonso Avilez,
Magna Cum Laude